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Transcomunicación Instrumental














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100 años de psicofonías
Por Carlos Fernandez
La primera grabación de voces paranormales que se conoce, ocurrió en la lejana Siberia, en 1901. Por aquellas fechas, un antropólogo norteamericano llamado Waldemar Bogras se encontraba estudiando a la tribu de los Tohouktchi. Con la intención de registrar los cánticos rituales de los chamanes, Bogras había llevado uno de los primeros fonógrafos, que captaban el sonido a través de una gran trompeta y lo registraba en un rollo cilíndrico.

Al escuchar una de las grabaciones, el antropólogo pudo comprobar que entre las manifestaciones propias del ritual, se escuchaban unas voces, que por momentos eran más fuertes que las voces de los chamanes, como si hablaran directamente en la boca de la trompeta.

Fuera de este contexto, y sin buscar contacto alguno, el médico italiano Ferdinando Cazzamalli realizó algunos experimentos con varios sujetos que poseían determinados desequilibrios psíquicos entre los años 1923 y 1925. Cazzamalli buscaba respuestas sobre cual era la naturaleza física del fenómeno de la telepatía y cual era el mecanismo de producía el traspase de información de una mente a otra.

En el curso de sus investigaciones, Cazzamalli recibió extrañas voces paranormales en un receptor de radio, aun cuando este estaba protegido por una Jaula de Faraday. Esto llevó a pensar, con la convicción de que eran los sujetos estudiados quienes provocaban el fenómeno, de que la telepatía se propagaba de forma similar a las ondas de radio.

Las primeras voces en cinta magnética
Las primeras voces grabadas en cinta magnética, quizá sean las que se obtuvieron en el laboratorio de física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán por los padres Gemelli y Ernetti el 17 de septiembre de 1952. Ambos sacerdotes estaban grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato, que utilizaba un alambre a modo de cinta magnética.

En una de sus sesiones, grabaron una voz que no debería estar allí. A este primer registro le sucedieron otros y las investigaciones de ambos sacerdotes sobre este fenómeno se prolongó durante toda la década, haciendo diversas pruebas de laboratorio sobre la obtención de voces. Años más tarde, en 1986, el padre Pellegrino Ernetti concedió una entrevista a la revista italiana Oggi, donde pormenorizó sobre los resultados e investigaciones realizados desde 1952.

Pocos años más tarde, concretamente en 1956, el investigador norteamericano Raymon Bayless también captó voces de origen paranormal. Durante los trabajos de investigación que estaba llevando a cabo con el psíquico Attila von Slazay, quedaron grabadas en la cinta magnetofónica voces que no se habían escuchado durante la sesión mediumnica. Bayless intentó dar a conocer sus descubrimientos a la comunidad parapsicológica, pero sufrió la indiferencia de sus colegas que no dieron importancia al fenómeno.

Otras personas habían logrado por aquellas fechas voces paranormales en cintas de audio. Un estudioso de la vida de los insectos, el médico inglés Dr. Thomas E. New, habría conseguido registrar algunas voces que semejaban a las humanas durante sus trabajos de campo. Luego de una paciente investigación, presentó su informe a otros colegas, pero acabó renunciando a la investigación y divulgación de este fenómeno para no perder su prestigio profesional.

Algo muy parecido le ocurrió al alemán Karl Hintzman, quien había captado voces ininteligibles en el campo. Al igual que New, decidió interrumpir drásticamente cualquier investigación al respecto. Y aunque las psicofonías son un fenómeno presente desde la aparición de los primeros magnetófonos, lo cierto es que popularmente se le atribuye al pintor, músico y cineasta sueco Friedrich Jürgenson el descubrimiento del fenómeno.

Según su propio relato, el hallazgo de las voces paranormales se produjo de forma totalmente casual: Fue en el año 1959, cuando Jürgenson se dirigió a un bosque cercano a su casa en Mölnbo, a pocos kilómetros de Estocolmo, con la intención de grabar los trinos de los pinzones para la banda sonora para un documental sobre la vida de los pájaros. Allí dejó su magnetófono cerca de un árbol y se alejó lo suficiente para que la cinta pudiera registrar con naturalidad los trinos de los pájaros.

Algo más que trinos
Cuando regresó a su casa dispuesto a escuchar el material grabado, notó que entre los sonidos propios de las aves, se escuchaban voces humanas, que el investigador identificó como palabras en sueco y noruego, junto con algo de música. Volvió días después al bosque para grabar nuevamente el canto de los pinzones, esperando que esta vez ninguna voz "ensuciara" su registro.

Habiendo tomado todas las precauciones para que allí no estuviera nadie, realizó una nueva grabación. Nuevamente aparecía una voz, que le llamaba por su nombre de pila. En un principio, Jürgenson pensó que aquellas voces pertenecían a alguna emisora de radio que había entrado accidentalmente por el magnetofón. Luego de algunas pruebas, desechó la idea de una emisora de radio y pensó que estaba utilizando una cinta reciclada y que aquellas voces pertenecían a un registro anterior. Luego de repetir la experiencia varias veces y con la certeza de utilizar cintas nuevas, comprobó que las voces se repetían en algunas grabaciones.

¿Alucinaciones auditivas?
Un mes después, y mientras estaba trabajando para una radio, creyó sentir una voz en alemán que lo llamó por su nombre y que le contaba cosas sobre Rusia. En otras ocasiones, sentía voces en otros idiomas como por ejemplo el italiano o húngaro, aunque es preciso señalar que Jürgenson -tal como otros de los más importantes investigadores del tema- era un experto políglota.

Como las voces normalmente eran inaudibles durante la grabación y solo se convertían en un leve susurro al escuchar la cinta, Jürgenson había afinado su oído hasta el punto en que cayó en una especie de proceso de alucinaciones auditivas, donde interpretaba como voces casi cualquier sonido: el ruido de la lluvia, chasquidos, etc. Ante esta situación, decidió suspender sus experimentos durante algunos meses.

Luego de reanudar las pruebas, había un "mensaje" que siempre se repetía y que lo invitaba a seguir escuchando. Ya dispuesto a abandonar por el cansancio, Jürgenson creyó escuchar en su magnetófono una voz que le decía -... espera, espera, escúchanos. A partir de este momento, se dedicó totalmente a la investigación de este fenómeno.

Después de varios meses de pruebas, y con la convicción de que las voces de las cintas pertenecían a seres ya fallecidos, presentó sus grabaciones con las voces a los miembros de la Sociedad de Parapsicología de Estocolmo, aunque, como era de esperar, no le dieron demasiada importancia al fenómeno.

Presentación en sociedad de las voces
El desinterés de los parapsicólogos suecos por las "voces" no fue motivo de desaliento para Jürgenson, quien publicó en 1964 su primer libro bajo el título de Rosterna frän Rymden (Voces del Universo), donde además de describir detalladamente la metodología necesaria para obtener las "voces", manifestaba su opinión sobre el origen del fenómeno. Para el cineasta sueco, las voces no provenían de ningún elemento físico sino del "Más Allá".

Algún tiempo después, Jürgenson publicó su segundo libro bajo el arriesgado título de Comunicaciones por radio con los muertos donde afirmaba -sin ningún tipo de reservas- que era posible mantener comunicaciones relativamente fluidas no solo con personas allegadas ya fallecidas, sino que también su método servía para comunicarse con personajes históricos de todas las épocas.

Los científicos de entonces no refutaron ni debatieron en ningún momento las tesis de Jürgenson, sino simplemente lo ignoraron a él y a sus libros. Otro tanto de lo mismo hicieron los parapsicólogos, a excepción del letón Konstantin Raudive, quien en aquellos años residía en Suecia. Este hombre llevaba años investigando fenómenos relacionados con la Parapsicología, en especial en todo lo relacionado con la supuesta vida después de la muerte, habiendo publicado el libro sobre el tema El hombre del caos y su superación.

Raudive conoció a Jürgenson en 1964, y le pidió que reprodujera ante él el fenómeno de las voces. Así lo hizo Jürgenson , quien hizo escuchar a Raudive y un grupo de amigos una selección de sus mejores registros. Raudive quedó impresionado con el fenómeno de las voces y vio en él una oportunidad para demostrar, con métodos empíricos la supervivencia de algún tipo de vida después de la muerte física.

Un trabajo en común
Desde ese momento, ambos investigadores comenzaron a trabajar juntos en la obtención de "voces". Fue una de estas voces obtenidas en cinta magnetofónica, la que impresionó sobremanera a Raudive. En ella, el investigador asoció la voz a la reciente muerte de su secretaria Margaret, con quien parecen "conversar" aquellas voces. En el curso de sus experimentos, ambos investigadores tomaron nota no solo de los contenidos de los "mensajes", sino también de las condiciones en que fueron obtenidas las voces.

Tras haber obtenido una ingente cantidad de registros psicofónicos, llegaron a la conclusión de que las grabaciones de mejor calidad habían sido obtenidas en verano, después de la puesta de sol y cuando el tiempo estaba frío y seco. En cambio las erupciones solares o la aurora boreal afectaban seriamente a la calidad de las voces obtenidas.

Esto hizo pensar a muchas investigadores, y no sin razón, que el fenómeno de las voces podían deberse a fenómenos de interferencia electromagnética, y más concretamente a emisiones radioeléctricas que muy fácilmente podían "colarse" -y de hecho lo hacen en algunas ocasiones- en el magnetofón. Este argumento se apoya en el hecho de que las ondas de radio, al igual que las "voces", se ven seriamente afectadas por las tormentas solares y la aurora boreal . Si además tenemos en cuenta la precariedad de la tecnología de la época, en principio no es descabellado pensar que alguna emisora de radio se "colase" por el magnetofón y dejase algún sonido grabado.

Posteriores investigaciones descartaron de que el fenómeno se deba exclusivamente a emisoras de radio, ya que en diferentes laboratorios de todo el mundo se obtuvieron psicofonías bajo el más estricto control, utilizando micrófonos en cámaras insonorizadas, Jaulas de Faraday, etc.

El propio Jürgenson asegura haber realizado grabaciones en presencia de técnicos de renombre, como T.Laurent, profesor en el politécnico de Estocolmo o el Ingeniero electrónico Lemke de Münich; siendo imposible cualquier recepción de señales externas debido al fuerte blindaje de los aparatos electrónicos.
Pero antes de seguir avanzando en las primeras investigaciones, conviene detenerse un poco en la figura de Jürgenson.

Su vinculación con la Iglesia Católica ha provocado ciertas suspicacias entre algunos investigadores que dudan del descubrimiento casual de las voces, ya que Jürgenson bien podía haber conocido las investigaciones de Gemelli y Erneti. Jürgenson falleció en 1987, habiendo publicado tres libros y docenas de artículos, muy pocos traducidos al castellano.

Las investigaciones de Hans Bender
El alemán Hans Bender es quizá uno de los más famosos parapsicólogos europeos. Fue director del Instituto de Zonas Limítrofes de la Psicología y la Psicohigiene, dependiente de la Universidad de Friburgo de Brisgovia. Entre sus investigaciones, figuran los más importantes casos de la parapsicología mundial, incluyendo el fenómeno psicofónico.

Bender había realizado numerosas pruebas junto a Friedrich Jürgenson -que se extendieron a lo largo de varios años- donde se constató empíricamente la realidad del fenómeno psicofónico, aunque Bender difería en la interpretación del origen de las voces.

La primera de las investigaciones de Bender, luego de algunos contactos previos con Jürgenson, tuvo lugar en el verano de 1964, en el Instituto Alemán de Física de campo, ubicado en Northeim. Allí estuvieron presentes miembros de este instituto, técnicos de sonido, doctorados en física y varios miembros del Instituto de Friburgo. En la experiencia se utilizaron varios magnetófonos de la mejor calidad en aquel entonces.

Durante la experimentación destinada a la captación de voces paranormales, surgieron -según el informe de Bender- numerosas voces muy débiles, que solo pudieron ser interpretadas por Jürgenson, pero se grabaron otras que fueron percibidas por la mayoría de los presentes y parcialmente comprendidas. En el transcurso de otra grabación, en la que se utilizaron dos magnetofones Uher Report simultáneamente, se grabó una disertación de Jürgenson sobre el fenómeno de las voces. Una de las copias aparecieron algunas inclusiones psicofónicas. En una copia destinada al Instituto que regentaba Bender, surgieron nuevas voces en la cinta magnética. Posteriores análisis sobre el espectro de frecuencias, confirmaron la presencia de estas voces en la nueva grabación.

Esta primera fase de la experimentación realizada por Bender y su equipo, se limitó a analizar exclusivamente las voces registradas directamente en cinta magnética, excluyéndose las recogidas a través de la radio por existir mezclas de voces de emisiones normales con las presuntamente paranormales, pudiendo ocasionar confusiones. Las primeras conclusiones de este estudio apuntaban a la objetividad de los fenómenos, descartándose cualquier manipulación de las cintas o los equipos; o posibles confusiones o errores de interpretación.

Continúan los experimentos
Las investigaciones del Instituto de Friburgo sobre el fenómeno de las voces, se vieron interrumpidas durante algún tiempo. Por aquel entonces, el fenómeno psicofónico cobró un protagonismo especial, generando gran expectación en todo el mundo.

Los experimentos con Friedrich Jürgenson y las voces se retomaron durante los primeros meses de 1970. Esta nueva fase se desarrolló en Nysund durante los días 3 y 8 de mayo de 1970, con la total y desinteresada colaboración de Jürgenson. Participaron en el experimento, las siguientes personas: el Dr. J.Keil, del Departamento de Psicología de la Universidad de Tasmania, N. Lemke y su esposa, L. Belanger y el propio Hans Bender. Los participantes se dispusieron alrededor de una mesa redonda, excepto Jürgenson que se quedó junto a su magnetofón (un Uher Report 4000).

Delante de cada uno de los participantes de la mesa, se dispuso un micrófono al que posteriormente se le agregó un pequeño tubo de cartón de 30 cm de longitud para orientar el sonido. Suspendido del techo, sobre la mesa, se colocó otro micrófono conectado al magnetófono de Jürgenson. El resto de los sensores estaban conectados a cada uno de los canales de otros dos magnetófonos; y todos ellos estaban unidos a través de cables de corta extensión (máximo 2,5 metros), de modo que no interfiriera ninguna señal de radio. Un último micrófono estaba conectado a un osciloscopio, de modo que se pudiese monitorear gráficamente cualquier sonido captado.

Como medida de precaución, las cintas magnetofónicas a utilizar -nuevas todas ellas- se rebobinaron sobre carretes metálicos, con el fin de eliminar cualquier carga de electricidad estática. El ingeniero Lemke rastreo toda la habitación con un receptor de radio especialmente acondicionado, con el fin de detectar emisiones de alta potencia que pudieran interferir en la experiencia. Las pruebas realizadas presentaron a esta posibilidad como excluida.

Resultados de las experiencias
Una vez creadas y verificadas todas las condiciones, se realizaron docenas de grabaciones con esta disposición. Al escuchar las cintas, se pudieron percibir inclusiones psicofónicas comprensibles para los presentes en 17 ocasiones.

El primer experimento realizado dio resultados positivos. Intercalada entre una conversación entre Lemke y Jürgenson, en la que estaban hablando sobre una antena, se podía oír una voz que decía "SO HO HO". La psicofonía era claramente audible en uno de los magnetófonos, mientras que en los otros la voz era mucho más débil. Una vez visualizado el contenido de estas sílabas se presentaba como una "S" sonora, seguida de la repetición de la vocal "O" en tres ocasiones. Según Bender, "La formación fonética de esta manera objetiva daba la impresión de un infantil intento de simular que se habla en chino y podía tener relación con una conversación anterior mantenida con Jürgenson".

El trabajo de Raudive
Konstantin Raudive es sin duda alguna uno de los referentes más importantes en la divulgación de las voces paranormales en cinta magnética. Al igual que Jürgenson, la vida Raudive fue un constante peregrinar por varios países de Europa. Estudió filosofía e historia de la Literatura en París y España, donde fue nombrado "Embajador del espíritu español" por su traducción al letón del emblemático Don Quijote. Sus estancias en Alemania y Suecia ampliaron su condición de políglota, lo cual se vería reflejado también en sus trabajos con las psicofonías, donde al igual que a Jürgenson- las "voces" le hablaban en varias lenguas.

Luego de sus trabajos en común, y por discrepancias de criterios, Raudive y Jürgenson continuaron sus trabajos cada uno por separado a partir del año 1969.
Por su parte, el investigador letón siguió realizando experimentos con las voces, utilizando una sencilla grabadora con la que realizó más de 100.000 registros. A veces, acoplaba a su magnetofón una radio, al igual que realizaba Jürgenson por indicación de las voces. Él estaba convencido que entre la banda de frecuencias que separa dos emisoras, resultaba más fácil el manifestarse a sus pretendidos interlocutores. Entre ellos, Raudive aseguraba identificar las voces de personajes como Carl Jung, Adolf Hitler o Wolfgang von Goethe.

En la actualidad
No nos equivocaríamos mucho si decimos que en todos estos años no ha habido grandes adelantos en el estudio de las psicofonías. Para los que sostienen que se trata de un fenómeno psicokinético, tal como sugirió Hans Bender hace ya algunas décadas, nada hay de nuevo más que una teoría que no acaba de probarse.

Por otra parte, los que desde un primer momento vieron en el fenómeno una suerte de tecnoespiritismo, un contacto con las personas fallecidas, han perfeccionado sus teorías creando una cosmogonía propia sobre la vida más allá de la muerte. Esta forma de entender la supervivencia surge de los supuestos contenidos de las voces, y se engloban en lo que se conoce con transcomunicación instrumental (TCI). Hoy en día la TCI, es más que una serie de fenómenos donde se interpreta un fenómeno de voces e imágenes paranormales como una comunicación con el más allá. La TCI es también un fenómeno de alcance social. Existen en el mundo miles de personas que intentan, con una simple grabadora, captar las voces de sus familiares fallecidos.

Los socios de asociaciones de personas en duelo que buscan consuelo en unas voces psicofónicas, se cuentan por miles en todo el mundo. Y a pesar de todo ello, la aceptación de este fenómeno como prueba de la supervivencia a la muerte, sigue siendo cuestionable en términos científicos, y solo son una 'prueba' para quienes así deseen considerarlo en función de sus propias experiencias. Entretanto, las psicofonías han entrado en su segundo siglo de existencia, sin pruebas determinantes sobre cual es su origen ni los mecanismos por los que se produce.

 

Extraido de www.mundomisterioso.com

A.C.I.P.






Psicoimágenes, todas las técnicas
Por Carlos Fernandez
Desde las primeras imágenes paranormales obtenidas en la pantalla del televisor a través de una experimentación sistemática; las técnicas han evolucionado, incorporando nuevos elementos a los procesos.

Uno de los métodos más populares para la obtención de imágenes paranormales en video, es el que utilizaba el alemán Klaus Schrieber. Schriber trabajaba como técnico de sistemas de seguridad contra incendio en la ciudad de Aachen. A mediados de los años ochenta, Schrieber experimentaba con la obtención de psicofonías, deseoso de captar las voces de sus seres queridos ya fallecidos. Había sufrido una larga cadena de pérdidas de familiares, donde perdió a su mujer Gertrud, fallecida poco tiempo después de que nació su cuarta hija, Karen; a los 18 años, Karen falleció después de sufrir intensos dolores y pocos años antes, su hermano Robert perdió la vida cuando contaba con 22 años en un accidente de moto.

También el sobrino de Schrieber, su cuñado, su madre y su segunda esposa. Esta cadena de desgracias motivó a Schrieber a buscar en las voces primero, y en imágenes más tarde, algo de consuelo para esta sucesión de desgracias. Schrieber había conseguido grabar algunas voces donde se le anunciaba de imágenes. Las voces le decían frases como "iremos a través del televisor" o "luego nos verá en la televisión". Fue en mayo de 1984 cuando Schrieber obtuvo una psicofonía que le invitaba a que encendiera el televisor. Desde ese momento comenzó a realizar una serie de experiencias utilizando el televisor y una cámara de video con el objetivo de conseguir las imágenes de sus seres queridos en la pantalla de su TV.

Los primeros intentos de Schreiber no arrojaron ningún resultado positivo. En un principio filmó algunos de los lugares donde su madre acostumbraba a sentarse, utilizando diferentes métodos y velocidades, pero sin ningún resultado. A pesar que Schrieber no tenía conocimientos técnicos en electrónica, ni tampoco unas fundamentadas creencias esotéricas, estaba motivado por conseguir un "contacto" con sus familiares fallecidos, armado de una gran dosis de paciencia y perseverancia.

Una psicofonía recibida por Schrieber, le puso en la pista sobre la forma en que debía orientar los aparatos. Una voz le decía "canal vacío". El investigador alemán interpretó esta frase como que debía dirigir su cámara hacia el TV, colocando éste en el canal de la propia cámara, sin emisión. Schrieber apuntó la videocámara hacia la pantalla del televisor de modo que la propia imagen de la cámara se viese reflejada en la pantalla, tal como sucede con las imágenes de dos espejos paralelos. A partir de esta configuración, elaboró un sistema más complejo con el cual afirmaba obtener imágenes que él atribuía al "Más Allá".

Esta disposición de la cámara y el televisor -ajustados de modo que la imagen no se mantenga estable- produce un fenómeno conocido como realimentación, visualizándose en la pantalla una especie de "nubes" que se desplazan de forma anárquica formando figuras de todo tipo. Schrieber llamaba a este estado de inestabilidad de la imagen "campo vibratorio".

De entre las formas que surgieron en la pantalla, Klaus creyó reconocer la imagen de su hija Karen, lo cual le motivó aun más para seguir experimentando y perfeccionando su método. Schrieber estaba convencido de que su hija había sido quien le aconsejó a través de una psicofonía, que debía utilizar un video en blanco y negro, porque "ellos" solo pueden ser vistos en estos colores.

Debido a las características propias de la televisión, cada segundo de grabación está formado por veinticinco imágenes estáticas; por lo cual en solo cinco minutos de filmación, debía revisar luego los 7.500 fotogramas que lo conformaban. Esta es una prueba de paciencia para el experimentador, que debe ocupar mucho más tiempo en el visionado que en la propia grabación.

A través de este sencillo sistema, Klaus Schrieber aseguró haber conseguido las imágenes de sus familiares fallecidos, otros rostros de personas que no ha podido identificar y hasta algunos personajes públicos ya muertos y popularmente conocidos. Entre sus imágenes más famosas, se encuentra la de la actriz Romy Schneider o la del rey Ludwick de Baviera. De todos modos, Schrieber perfeccionó aun más su método, par obtener imágenes de mayor calidad.

La configuración de Schrieber
En el transcurso de su experimentación sobre imágenes paranormales, Schrieber fue agregando otros dispositivos a la configuración inicial y afinando la distribución de los diferentes elementos. Para ello contó con el asesoramiento del ingeniero Martin Wenzel, que en un principio se mostró escéptico frente a estos fenómenos, pero que más tarde los aceptaría como válidos, continuando él la experimentación por cuenta propia.
La relación de los dispositivos que intervienen en la configuración es la siguiente:

-1) Cámara de blanco y negro, con Zoom.
-2) Amplificador de video.
-3) Video VHS capaz de reproducir imágenes fijas sin distorsiones.
-4) Televisor con control remoto blanco y negro o en color. En este último caso con el brillo ajustado a cero. El tamaño de la pantalla es de 12 pulgadas.
-5) Video VHS de buena calidad.
-6) Televisor blanco y negro de buena calidad.
-7) Micrófono de bajo ruido.
-8) Amplificador de micrófono de bajo ruido con limitador de ganancia.
-9) Lámparas ultravioleta y luz negra, de diferentes frecuencias de onda.
-10) Lámpara de luz infrarroja.
-11) Papel de aluminio.

La cámara (1) debe conectarse a la entrada del video (3) a través de un amplificador (2) que amplifique convenientemente el nivel de la señal. Asimismo, la cámara debe estar situada de modo que quede un poco desplazada respecto de la perpendicular de la pantalla y algunos centímetros por encima de esta. El televisor (4) debe conectarse a la salida del video de modo que se reproduzca en él, la imagen captada por la cámara. El micrófono (7) debe pasar a través de un amplificador (8) y unirse a la entrada de audio del video. Un segundo video (5) está conectado a otro televisor, interviniendo ambos en la segunda fase de las grabaciones. Como complemento de la configuración, se colocan luces ultravioletas (9) e infrarrojas (10), que deberán incidir levemente en la pantalla del TV; controlando los reflejos a través del papel de aluminio (11).

El proceso de grabación
Para obtener los resultados deseados, el método de Schrieber exigía cambiar las conexiones de los diferentes aparatos, por lo que el investigador alemán utilizaba varios televisores y videos.

Las numerosas imágenes obtenidas por Schrieber, fruto de cientos de horas de experimentación, se pueden clasificar en dos tipos. Algunas de ellas aparecían ya formadas durante el proceso de grabación, no siendo necesario aplicarles ningún otro tratamiento. Como este tipo de imágenes eran poco frecuentes, Schrieber sometía algunos fotogramas de sus grabaciones a un segundo proceso. Primero seleccionaba aquellos fotogramas donde intuía que podía hallarse una imagen paranormal a medio formar. Con un segundo video reproducía estas imágenes en otro televisor situado junto al primero. Ajustaba los controles de brillo y contraste, así como los reflejos de las luces ultravioleta e infrarroja, y grababa con la videocámara la imagen. Este proceso podía repetirlo hasta ocho veces hasta obtener, si era el caso, una imagen paranormal.

Las otras imágenes de Schrieber
En los últimos años de su vida, Schrieber habría puesto a punto un sistema par obtener imágenes paranormales sin necesidad de la pantalla del televisor ni ningún otro dispositivo similar. Según su propio relato, se dejó guiar pos las directrices que aparentemente le dictaba desde el "Más Allá" su fallecida hija Karen. Así construyó un sistema que se basaba en los reflejos de luces una superficie plana, utilizando diferentes tipos de fuentes de luz, incluso ultravioleta.

Schrieber construyó una pantalla en su "laboratorio", donde se creaban imágenes paranormales producidas por las luces reflejadas, con un aspecto semejante a las que se formaban en la pantalla del televiso. El sistema constaba de potentes fuentes luminosas que incidían en una esfera espejada, de modo que los reflejos se mezclaban sobre la pantalla creando figuras reconocibles.

Al igual que aconteció con los sistemas de video, las imágenes que se formaban en la pantalla eran, en un principio, figuras fugaces que se observaban tan solo breves instantes. Sobre la marcha, el sistema fue reforzado con potentes fuentes de luz muy puntuales, y las "caras" fueron ganando nitidez; aunque en ningún momento alcanzaron la calidad de las imágenes registradas en video.

Con este, su último diseño, Klaus Schrieber pretendía demostrar que las imágenes que venía recibiendo desde hacía unos pocos años, no se trataban de ninguna manipulación técnica, y que igualmente podían conseguirse con métodos donde existiese una menor intervención humana. Y aunque el experimentador alemán carecía de conocimientos técnicos suficientes como para manipular una cinta de video, las suspicacias siempre estuvieron presentes entre algunos parapsicólogos y -como no- de los escépticos. Klaus Schrieber falleció el 7 de enero de 1988, víctima de un segundo infarto. Y como parece ser una constante, su voz apareció con posterioridad en numerosas cintas magnéticas de varios investigadores. Incluso el día mismo de su entierro, como si fuese una macabro anuncio sobre la inmortalidad del alma.

El método de Martin Wenzel
El propio Martin Wenzel -quien había asesorado a Schrieber en cuestiones técnicas- continuó experimentando por cuenta propia, utilizando básicamente el mismo sistema que Schrieber, pero con algunas diferencias. La modificación más importante que Wenzel añadió al sistema, fue lo que él llamaba estructura básica. Se trata básicamente de un trozo de material que presenta grandes contrastes de color, es decir, que refleje al mismo tiempo zonas claras y oscuras. Para este cometido puede servir un trozo de lija de grano grueso, un paño de trama fina o simplemente un trozo de papel cuadriculado.

La "estructura básica" se coloca parcialmente superpuesta a la pantalla del Televisor, antes de comenzar la grabación. Seguidamente se la ilumina con una fuente de luz de gran potencia (puede servir una luz de cuarzo o la que produce un proyector de diapositivas sin imagen), y se enfoca la cámara sobre esta estructura básica. A continuación se gira hacia la pantalla del TV de modo que el plano captado abarque parte de la pantalla y parte de la estructura básica. Buscando los enfoques y las distancias adecuados, se podrá observar en la pantalla la imagen de la estructura y de la cámara, repetidas varias veces. Esta variante del método de Schrieber ofrece la posibilidad de que se formen numerosas figuras. A partir de estas imágenes, Wenzel seguía el resto de los pasos para tratar las imágenes, tal como hacía si colega Schrieber.

Un método complementario
En un artículo publicado en el número 29 de la revista Parasciences & Trasncommunication, y titulado Des images à structures aléatories... los franceses Guy Grais y Jean Michel Grandsire, introducen una variante en el método clásico de obtención de imágenes a través de realimentación (Método Schrieber).

Esta modificación en girar la cámara 90 grados de modo que la imagen captada por el objetivo, es reproducida en la pantalla del televisor, pero desplazada un cuarto de giro. Esta a su vez es captada nuevamente por la cámara que vuelve a reproducirla con un nuevo desplazamiento de 90 º, y así sucesivamente, creando así una forma compleja donde cada imagen reflejada sufre un progresivo desplazamiento de fase que se traduce en una figura de forma compleja.

Siguiendo este mismo método, se puede experimentar con diferentes ángulos y posicionamientos de la cámara; compatibilizandolo con algunas de las sugerencias que ya hemos reseñado, referidas a los tipos de iluminación y otros accesorios.

Las imágenes de Raffaela Gremese

La italiana Raffaela Gremese fue una de las primeras experimentadoras en conseguir imágenes paranormales registradas en video. Comenzó -como tantos otros- experimentando sobre el fenómeno de las psicofonías, impulsada por el deseo de contactar con sus seres queridos ya fallecidos. En el caso de Raffaela, deseaba oír a través del magnetofón la voz de su padre.

En el transcurso de su paciente experimentación, una de las voces le sugirió que orientara la cámara de video hacia uno de los extremos de la habitación, comenzando así a captar en video algunas imágenes de especial calidad.

Raffaela Gremese presentó sus resultados durante el transcurso de un congreso sobre investigación de voces en cinta magnética, celebrado en Udine-Italia en 1987; y organizado por el Gruppo sperimentale di Audizione Metafonica, fundado y dirigido por el médico Roberto Mangani.

Según su relato, en 1979 habría recibido una psicofonía donde escuchó la siguiente frase: "Raffaela, papá te espera en el televisor". Sin lugar a dudas, la experimentadora italiana interpretó esta frase como un anuncio de que recibiría imágenes desde el "Más Allá". Motivada por la situación, intensificó su ritmo de trabajo en busca de un contacto visual, y en unos pocos días obtuvo la primera imagen. Se trataba de una figura transparente que había surgido en la pantalla.
Después de esta primera imagen, en la que creyó reconocer el rostro de su padre, Raffaela Gremese continuó intentando conseguir otras imágenes, pero con infructuosos resultados. Las imágenes no volvieron a la pantalla de su televisor.

Luego de varios meses sin conseguir resultados, una vez más fueron las voces quienes le pusieron nuevamente en alerta. Una voz, que Gremese identificó como la de su padre le aseguró que las imágenes volverían seis años después, en una mañana de noviembre. Tal como había preconizado aquella voz, en noviembre de 1986, Raffaela Gremese comenzó a recibir nuevamente imágenes en la pantalla del televisor. Según su propio relato, las voces le aconsejaron por aquel entonces sobre los medios técnicos a utilizar, sugiriéndole que cambiase el video y que orientara la cámara hacia determinados rincones de la sala.

Otro de los consejos que le dieron las voces fue el de cambiar su cámara fotográfica Polaroid -con la cual extraía de la pantalla las imágenes- por una "reflex". Le sugirieron además que le colocara determinados filtros para obtener un mayor contraste en determinados tonos, y lograr así unas reproducciones más nítidas.
Las imágenes que Raffaela Gremese presenta como testimonio de sus "contactos" supera ampliamente el centenar. Sus fotografías, extraídas de la pantalla de la televisión, reflejan rostros entremezclados con los objetos propios de su casa y son, al menos para ella, una prueba de la supervivencia de sus seres queridos tras la muerte.

 Extraido de www.mundomisterioso.com